Era el 20 de septiembre de 2009, era La Habana, era La Plaza de La Revolución, eran las 2 de la tarde… Nos habíamos vestido con pulóver blanco, igual que otros miles de personas, y llevábamos horas esperando que empezara el concierto, en aquella Plaza que nunca antes había visto tan llena.
Todas las edades, colores, linajes, lenguajes y procedencias estaban allí, y cuando empezó la música mis hijas se movieron al mismo ritmo que aquel hombre canoso que hacía solo unos minutos parecía que iba a desmayarse, agotado por el calor, sentado en el contén; y yo me movía y cantaba la misma canción que la señora, que antes me había parecido tan circunspecta, tan blancamente vestida, luchando por no mancharse el atuendo, pendiente de eso todo el tiempo, hasta que sonaron aquellos acordes. ¡Qué cosa rara!, pensé yo, por unos minutos algo teníamos en común.
Luego de dos horas, habían desfilado: Juanes, Olga Tañón, Los Orishas, Silvio Rodríguez, Luis Eduardo Aute, Miguel Bosé, Síntesis… y otros. A dos horas de concierto, con el calor de septiembre entre aquella multitud inefable, poco le quedaba de blanco a cualquiera, y los pies no resistían. Se hizo un silencio, y mis hijas me rogaron que nos fuéramos ya, sus 9 años no soportaban más. Avanzamos unos pasos, se oyó una voz y después un “tumbao” inconfundible. Las dos pararon en seco y se voltearon. Yo, pensando que habían reconocido la orquesta les pregunté: “¿a qué suena?”, “a Cuba, eso suena a Cuba”, me dijo una de ellas en medio de la euforia de los miles que se voltearon y brincaron igual que nosotras cuando empezaron a tocar Los Van Van: “Dale con el corazón, muévete, muévete”.
No paramos de bailar hasta que todos aquellos músicos (de aquí y de allá) terminaron cantando el “Chan Chan” de Compay Segundo y los Versos sencillos de José Martí, al estilo Van Van, junto a miles. Algunos no tenían la más mínima idea de lo que bailaban y tarareaban, pero bailaban sin parar.
“¡Por una sola familia cubana!”, fue lo último que alcancé a oír.
* El Concierto Paz sin fronteras, organizado por Juanes en La Habana el 20 se septiembre de 2009 reunió a 1 150 000 personas, la mitad de la población habanera en aquel momento. Es considerado el tercer concierto más grande de la historia, después de dos celebrados en Rio de Janeiro, el primero de los Rolling Stones y el segundo de Rod Stewart.