
Unos 3 millones de personas estuvieron ese día conectados a la trasmisión de Máster Chef 6 España, el más reñido y lacrimógeno, según comentó la prensa española. La emoción se desbordó en el plató, un duelo bastante igualado por conseguir el título en el que una cubana, Ketty Fresneda, se llevó un segundo lugar que le supo a gloria después de 13 semanas de concurso difícil.
“Estoy súper contenta, por supuesto que me hubiera encantado el primer lugar, pero creo que la competencia fue justa”.
En la última partida, Ketty deleitó con una ensalada marinera con cúpula de coco, un rape en su jugo y, de postre, un bizcocho con sabor a “Cuba libre”.
“Me puse bastante nerviosa. Pero me quedo con lo bueno: he aprendido muchísimo, he conocido a muchísima gente buena y se me van a abrir puertas para estudiar, para crecer y formarme como chef, que es lo que a mí me gusta”.
En octubre, la cubana, residente en Pontevedra, Galicia, podrá asistir al Basque Culinary Center, una de las escuelas de cocina más importantes del mundo y, a partir de ahí, comenzará a concretar su sueño: abrir su propio restaurante.

¿Por ser cubana tuviste alguna dificultad? ¿Sentiste alguna indisposición hacia ti durante la competencia?
Te digo la verdad. Sí sentí un poco de prejuicios al principio. Me veían extravagante, guapa y pensaban que estaba ahí para dar el show. Pero estaban equivocados. Yo llevo siete años en España trabajando, ayudando a mi chico en su cocina, no haciéndome la guapa, sino metida en una cocina sacando platos. Yo no fui a Máster Chef a vender mi cara, yo soy una tía currante. Los cubanos estamos acostumbrados a eso. Lo bueno es que poquito a poco fui demostrando que era “peligrosa”, no por mi físico sino porque me gusta estar en la cocina y me siento cómoda en la cocina.

Durante el programa a veces te señalaron por tu carácter fuerte, extrovertido. ¿Es un rasgo de tu cubanía?
Es una mezcla de todo. Yo tengo un carácter fuerte. Soy una persona que dice lo que piensa. No me ando con tonterías, y claro que choco muchas veces y me trae problemas. No todo el mundo quiere escuchar la verdad. Entonces es una mezcla de mi carácter y mi origen cubano. Y la experiencia de llegar a España muy joven, con 23 años. Enfrenté la mala fama que suelen tener aquí algunas cubanas. Tuve que sacar ese carácter para parar a alguna gente.
¿Y dentro del concurso cómo te llevó ese carácter?
En el concurso encontré gente maravillosa. Son los amigos que se acercaron, que me cuidaron, se interesaron en mí por lo que soy y no por cómo me veo. Respetaron mi cultura, respetaron mi cubanía. Me ponían música en la casa para que yo bailara y me alegrara. Somos verdaderos amigos.

Has dicho que abrirás tu restaurante. ¿Será en Pontevedra?
Todavía no sé. Mi hermana insiste mucho en que lo abra en Miami, pero podría ser en Madrid o en La Habana. Eso lo decidiré después que tenga mi título de chef.
¿La Habana podría ser también una opción para ti?
A mi marido le encantaría. Él es gallego, pero es un enamorado de Cuba. A él le brillan los ojos. Me gustaría que siguieran cambiando las cosas allí para que fuera más propicio.

¿En tu restaurante mezclarías la cocina gallega y la cubana?
Siempre utilizaría productos típicos de Cuba, como el aguacate, que es una maravilla. Es un alimento que podemos combinarlo con todo: pescado, marisco, carne. El plátano tampoco faltaría en mis recetas. Es muy versátil. El bizcocho con sabor a Coca Cola, que hice para la final de Máster Chef, tenía como base el plátano que le da la textura. Apenas lleva harina. Por otro lado, me he enamorado de la cocina de vanguardia. Podría crear un plato llamado “Ropa vieja” y que no sea igual que el que te pone tu abuela en la mesa. Es el tipo de cosas que me gustaría hacer. Y claro que me gustaría combinar con algo de la comida de Galicia, que tiene unos mariscos privilegiados. Tiene un mar que da unos productos espectaculares –entre los mejores del mundo–, y hacer combinaciones. Por ejemplo servir una emulsión de frijoles con unos mariscos.
Fuera de la cocina, ¿qué atributos de decoración no podría faltarle a tu lugar?
No podría faltar una música muy bajita que me recordara a mi Isla: Celia Cruz, Benny Moré, la Vieja Trova. Por muy sofisticado y moderno que sea el restaurante, me gustaría que siempre tuviera esa música, que se note que en el restaurante hay una cubana.

¿A otras personas cubanas que tengan la misma vocación por la cocina y por emprender, cómo podrías ayudarlas?
Me encantaría llevar un blog. De momento estoy más enfocada en mi Instagram, donde suelo colgar recetas. Me encantaría hacer énfasis en la cocina de aprovechamiento: lo que quedó ayer no lo botemos, podemos reinventar y hacer platos muy sabrosos. He compartido algunas recetas y me lo han agradecido mucho. Cuando termine mis estudios me encantaría enseñarle a otros. Por mi Isla, lo que haga falta.
¿Cómo fue la reacción de tu familia en Cuba?
Ellos están orgullosos de mí. Se han sorprendido de lo rápido que yo he madurado, tengo las cosas claras. Cuando me presenté al concurso que es tan imponente, que se sabe que no es broma, ellos se asustaron un poco. Si Máster Chef es duro para los de España, imagina para los extranjeros. Entonces como di el paso adelante, ellos están orgullosos. Ahora hay que seguir trabajando.