Fotos: Alberto Santamaría García
A poco menos del final del pintoresco pueblo de Varadero –Matanzas–, justo en la calle 60, los hermanos Luis Ernesto y René Morales inauguraron hace ocho años un exclusivo restaurante en la planta baja de la casa familiar.
En el acogedor restaurante Varadero 60 no pasa inadvertido el ambiente retro. Está la publicidad que se impuso en los cincuenta y principios de los sesenta del pasado siglo. Paredes, columnas y espacios diversos exhiben objetos, eslóganes y recortes de revistas, cuidadosamente conservados en soportes originales: una bicicleta Niágara, un dispensador de gasolina, frases y nombres de populares marcas de productos comerciales establecidos en la Cuba de antaño como jabón candado; Esso Standard Oil; coca cola, GoodYear, todo matizado con una bien pensada selección musical.
El bar es amplio y apacible, con música de la época, cubana e internacional. Al entrar nos reciben fotografías en gran formato de Varadero, tomadas en los años sesenta del siglo pasado. El coctel de la casa, nombrado Sex 60’s, sugiere la nostalgia y calidez del disfrute pleno. Contiene mezclas de ron Malibú, vodka, jugo de piña y jugo de arándano o cereza, de acuerdo con las disponibilidades.
La cava, con buenas condiciones de temperatura, humedad y luz, exhibe una atractiva selección de vinos (blancos, tintos, rosados, espumosos y dulces), según disponibilidades en el mercado cubano, que puede complacer los gustos más exigentes. Algunos de regiones geográficas emblemáticas como Borgoña y Burdeos (Francia), Rioja y Ribera del Duero (España), Piamonte y Toscana (Italia), California (Estados Unidos), Mendoza (Argentina) y Valle central (Chile), entre otras.
La cocina fusión y el estilo gourmet se mueven aquí entre preparaciones estilizadas de la cocina internacional y la cubana, con una carta menú bien diseñada, en la que el chef Roberto Claudio propone degustar carnes rojas, mariscos y pescados cocidos al carbón, sello distintivo del lugar. En el restaurante aplican estrategias que garantizan lo entendido como saludable y sostenible dentro de las actuales tendencias de la gastronomía. La cocina es abierta, un espacio en el que los clientes pueden disfrutar del cooking show.
La cesta de bollitos aromáticos, de miga blanca y abundante, hechos en casa, se sirve acompañada con mantequilla mangueada. El ceviche de camarones sobresale por su equilibrada combinación entre cítricos y hierbas aromáticas; y los ostiones son muy frescos, servidos en sus conchas, con buen punto de picante y seductor sabor salino (marino). Otro de los entrantes: pimientos piquillos rellenos con parmentier de langosta en salsa americana, destaca por su jugo espeso con delicado sabor a mariscos.
Como platos principales elegimos el filete de pescado grillé, muy fresco y jugoso, al cual le añadimos, al gusto, aderezos colocados en mesa como un buen aceite de oliva, vinagre balsámico, zumo de limón, pimientas, sales y un toque de salsa picante. Las brochetas de carnes mixtas, en su punto, se sirven saborizadas con una salsa española muy clásica, que evidencia respeto y meticulosidad en esta receta de la cocina internacional. El arroz negro con camarones, pulpo y calamar tiene una textura melosa, cocido con la propia tinta del calamar, con vino blanco y un exquisito fumet, provoca un estallido de sensaciones. Estos platos son servidos con guarniciones diversas según la complejidad, género cárnico y condimentación, lo que devela alto rigor en la cocina y servicio de salón.
Entre los postres elegimos crepes rellenos de frutas tropicales, que incluyeron el tradicional flameado por parte del mesero. El postre nos dejó un regusto cálido del espirituoso impregnado en las frutas. Es oportuno decir que el flameado ya se ve muy poco en restaurantes cubanos, así que resultó una sorpresa muy grata.
De los platos que han ido incorporando en la carta, destaco el risotto cubano con masitas de cerdo y base de caldo de frijoles negros, bañado con queso parmesano y adornado con plátanos maduros fritos: ¡una delicia!, y el entrante frío flan de camarones, con trocitos de este crustáceo, crema de leche, huevo y cebollino: ¡interesante!
Varadero 60 y su equipo han sido reconocidos con importantes premios cubanos y foráneos, entre ellos: Trofeo Internacional Europa a la Calidad, otorgado por el Global Trade Leaders’Club y Colectivo Líder otorgado por el MINTUR. Recientemente, en agosto de 2019, en San Francisco, Estados Unidos, la World Confederation of Businesses les entregó el premio The Bizz por los logros del restaurante como empresa.
Sin embargo, ahora mismo no es su mejor temporada, pues el negocio privado en Cuba afronta desafíos inmensos, internos y externos: La política de Donald Trump hacia Cuba limita el turismo, especialmente el norteamericano que hasta hace muy poco iba in crescendo; y políticas internas como la incorrecta aplicación de “precios topados” por igual sin valorar las características específicas de los diversos emprendimientos, dificultan el crecimiento.
De cualquier manera, siempre vuelvo a Varadero 60. Disfruto mucho su ambiente, su decoración, su gente. Ellos marcan la diferencia al prestar un servicio elegante y auténtico, una cocina que queda en la memoria. Sus dueños insisten en recordarnos que los clientes somos la razón mayor de su negocio.
Evaluación
Salón: 9,4
Cocina: 9,4
Bar: 9,6
Total: 9,5
Excelente