Si usted viaja a Cuba durante el año 2019, le sugiero esté atento a todo cuanto vea, escuche y sienta. No siempre se tiene la oportunidad de visitar un país que se transforma.
Durante el año 2018, con una participación indiscutiblemente masiva, se discutió en la Isla el proyecto para la nueva Constitución de la República de Cuba, que debe someterse a referéndum el 24 de febrero. Una comisión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, máximo órgano legislativo en Cuba, confeccionó el anteproyecto de Constitución, que luego aprobó la Asamblea, para llevarlo a consulta popular entre el 15 de agosto y el 15 de noviembre de 2018.
Según datos oficiales 8 millones 945 mil 521 personas asistieron a las reuniones convocadas para la consulta. El 50.1 % de las propuestas fueron aceptadas, resultando 760 modificaciones. A pesar de algunas críticas al carácter consultivo y no vinculante de la propuesta, y al no establecer normas más claras de la consulta; no caben dudas de que la participación fue masiva y, por primera vez, desde el triunfo de la Revolución en 1959, los emigrados cubanos fueron convocados a opinar también sobre un tema nacional, como el resto de sus coterráneos, aunque no podrán votar en el referéndum.
El proyecto de la nueva Constitución continúa declarando la Isla un Estado Socialista, de Partido único, y donde el presidente es elegido por la Asamblea Nacional. Entre los cambios más importantes cabría destacar que incorpora, por primera vez, el “Estado socialista de Derecho”, propuesta que amplía los derechos y garantías ciudadanos. Acoge una definición de matrimonio más inclusiva; prohíbe la discriminación por identidad de género, origen étnico y discapacidad, y establecen más derechos en el proceso penal. Otro de los cambios significativos es el reconocimiento de la propiedad privada, que ya existía desde hace varios años.
Desde 1976, fecha en que se aprobó la Constitución vigente, reformada en los años 1978, 1992 y 2013, el presidente cubano ha presidido los Consejos de Estado y de Ministros. La nueva propuesta crea las figuras de Presidente de la República (Jefe de Estado), elegido por los diputados de la Asamblea Nacional, y de Primer Ministro (Jefe del Gobierno), designado por la Asamblea a propuesta del presidente. Para todos los cargos de gobierno se establecen, además, hasta dos términos de mandatos, de cinco años cada uno.
De ser aprobada, como todo parece indicar, Cuba comenzará 2019 con una nueva Constitución. Quienes conocemos la sociedad cubana sabemos que el cambio más tangible dependerá de la implementación legal y ejecutiva de los principios establecidos en la Carta Magna, por eso 2019 será otro año de discusiones diversas, intensas y contradictorias, desde dentro y fuera de un país que se transforma.